El templo tiene su origen elen siglo XII, época de esplendor de la villa, que llegó a tener cuatro parroquias. Pero no se conseva nada de su primitiva traza románica, excepto una original y extraña pila bautismal, que podría ser datada en fechas anteriores al siglo XI, y que a modo de los paleocristianos, está formada por un cubo de piedra con el interior vaciado en forma de cruz griega.
Sólo se alzan los modestos y descarnados muros, en la base de la colina del castillo. Conserva la antigua estructura con ábside semicircular, presbiterio, y nave. En su interior alberga el cementerio.
La más cercana al castillo, en sus muros se adivinan inscripciones romanas. Aunque alguno de sus elementos nos remite a épocas prerrománicas o de influencias mozárabes, el edificio es mayoritariamente románico, precedido de un modesto pórtico. Recientemente se han descubierto en su interior un conjunto de pinturas románicas que están en fase de estudio y restauración, pero que paracen tener relación con las de San Baudelio de Berlanga.
En Caracena destacamos Santa María y San Pedro.
Situada en el extremo oriental del caserío, está rematada por un sencillo ábside simicircular que se ilumina por medio de una ventana decorada con arquivolta de trenza, que se sostiene sobre decorados capiteles. Conserva las dos portadas, una al norte, más rica escultóricamente hablando y otra al sur con sencillo arco de herradura. Destacan también la rica decoración de los capiteles que sustentan el arco de triunfo, con gran variedad de animales fantásticos, como frigos, centauros y arpías. En su interior se conservan una sencilla pila bautismal, un Cristo gótico, una Virgen y una talla de la Santa Ana con la Virgen tardorrománica.
Conserva de época románica la cabecera, el ábside semicircular, con decoración en los canecillos y sobre todo la galería porticada, datada en el siglo XII, una de las más interesantes del románico soriano. De siete arcos, el de entrada rompe toda simetría, dejando a un lado dos y al otro cuatro, apoyados todos sobre podio. Lo más destacable será la decoración de us capiteles que se poyan en fustes dobles todos excepto los de la entrada, que serán cuádruples, estando los de la derecha girados sobre sí mismos. La temática es muy variada y figurativa: un centauro entre dos aves, duelo de caballeros... y el emotivo más llamativo., la lucha de un animal fantástico con un hidra de siete cabezas.
La Ermita de Nuestra Señora de Tiermes es de época románica aunque ha sufrido reformas góticas. Rodeada de una necrópolis mediaval de sepulcoros antropormorfos excavados en el suelo, el templo presenta una única nave, presbiterio recto y ábside de tambor. Se repite en este caso el pórtico abierto al sur, que fue remontado en época posterior, por lo que tiene un aspecto moderno. Consta de cinco arcadas, con meritorios capiteles, que recuerdan a los de San Pedro de Caracena. En ella se conservan tres descabezadas figuras que portan unas carteras donde se facilita una fecha 1182 y el nombre del artífice Domingo Martín. Los de la portada también mereden mención, sobre todo el que representa unos deformes Adán y Eva de descomunales cabezas. Sostienen tres arquivoltas casi exentas de decoración.
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